Stephanie L. Croswoth

Un 31 de mayo, hace 19 años en New York una madre estaba toda agitada sobre una cama en un clínica muy cara de la ciudad. El cabello recogido y tomada de la mano de su esposo. La gente en la habitación se movía de un lado para otro, se escuchaban murmullos y unas que otras palabras en voz alta. Sin embargo Rosarie era oídos sordos a todo lo negativo que pudiese llegar a los oídos de ella, sólo se concentraba en mirar a los ojos a sus esposo, apretando de forma ligera la mano de él, esperado apoyo de él para aquellos momentos donde sabían que su hija, al fin ya vendría a este mundo.

El médico le digo a Richard que se prepara, las contracciones en Rosarie eran más seguida y eso era un buen indicio. El futuro padre le dio un beso a la frente a su esposa y le apretó lo más fuerte que pudo la mano a su mujer, diciéndole que el dolor ya pasaría que sólo se dedicara a pujar, que Stephanie ya estaba en camino. Y por varios largos minutos estuvieron en ese ajetreo hasta que ya por fin faltaban solo los pies de la niña que había salido ya de su madre toda manchada y gritando y llorando como nunca en su vida. El aire había llegado hasta sus pulmones dando paso a una nueva vida en el mundo.

La madre muy cansada después de su duro trabajo no dudó en cargar con una sonrisa enorme en sus brazos a su hija a quien se le notaba que sería hermosa de grande, con sus cabellos claros que se le notaban desde ya y sí, pudieron comprobar ello después de varios años. A los 4 por ejemplo, ella corría feliz por los jardines de su casa, su madre la miraba desde su habitación, sonriente al tener una hija así, que ya desde tan chica se aplicaba en sus estudios tratando de superarse, ser mejor que nadie o eso era lo que la pequeña creía ya que sus padres le solían decir eso.

Su primaria fue como la de todo niño, feliz, con problemas que se solucionaban con juegos de manos, pero ya, su padre tenía un lugar reservado para los niños sin hogar y sin padres, ella pasaba sus tardes después de hacer sus tareas. Le encantaba ese lugar, siempre iba a encontrar a niños de su edad y siempre, sin lugar a duda, llegaban más niños y entre ellos, los nuevos, llegaron dos niños, idénticos para ella, gemelos ... Los Stone. Al principio ellos jugaban, todos los días y Stephanie siempre interesada por ellos y eso llevó a que un día se escabullera, obviamente ya grande de unos 15 años de edad, en la oficina de su papá para buscar más datos de sus amigos, lo cual se enteró que sus padres tenían una gran fortuna pero ella sabía que si los hermanos se enteraban se ocasionaría una gran pelea y por eso ese también es uno de sus secretos que sólo ella sabe.

Ya grande pasaron tantas cosas en su vida que los tres amigos se separaron, sin embargo lograron encontrarse nuevamente en Constance Emile, ella espera que todo sea como antes pero a veces nota un poco de rivalidad entre ellos. Y sí, incluyéndola pero lo que siente hacia uno de los hermanos, al cual no podría confundir, se ha convertido en una clase de amor-odio, que en sí le duele el saber esa verdad, pero no puede hacer mucho contra ello.

-A los 17 años, durante una fiesta donde se habían pasado de tragos, Stephanie se dejó seducir por un chico con el cual, con el pasar de los minutos terminaron en la cama, siendo ahí donde la rubia dejó de ser una persona pura en todos los sentidos. Ella ahora vive arrepentida de ello y trata de mantenerlo en secreto esperando que el chico con que tuvo su primera vez no dijera nada tampoco a ello.

-El secreto de la fortuna de los hermanos Stone, sólo ella lo sabe y se ha jurado nunca decírselo a nadie.